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“Arauca: actuar en todos los frentes”

“Arauca: actuar en todos los frentes”

Por: Germán Vargas Lleras

Iniciamos el año con nuevos enfrentamientos entre grupos armados ilegales en el departamento de Arauca. Nada de esto es nuevo ni sorpresivo. ¿Cuántos consejos de seguridad y anuncios han tenido lugar para analizar y tomar acciones frente a esta situación? Varios. Recuerdo, en particular, el convocado a raíz del atentado a la unidad militar, en septiembre pasado.

Son bien conocidas las disputas entre el Eln, frente oriental bajo el mando de alias Pablito, cabeza del nuevo frente ‘Manuel Vásquez’ y el frente 10 ‘Martín Villa’ de las antiguas Farc, al mando de ‘Gentil Duarte’. El diagnóstico es muy claro: en el departamento se libra una lucha por el control territorial y el dominio de las múltiples fuentes de una economía ilegal cuya base es, por supuesto, el narcotráfico. La guerra es por el dominio de los corredores de tránsito de las drogas, por el tráfico de armas, por el contrabando de gasolina y por los recursos estatales para la inversión pública, entre otros.

Es inexplicable que de 1’600.000 galones de gasolina mensuales que subsidiamos, el 50 % se vaya para Venezuela, a donde es vendida a quince mil pesos el galón, casi el doble de lo que cuesta en Arauca. Un negocio de 150.000 millones anuales. Una verdad inocultable, pero ante la cual nadie hace nada. Una de las medidas más urgentes es atacar este contrabando que antes venía del país vecino y ahora se ha invertido.

Y qué tal la extorsión a los mandatarios locales. El monto de los recursos de inversión nacional para este año asciende a 450.000 millones de pesos. En su mayoría orientada a municipios Pdet como Arauquita, Fortul, Saravena y Tame, precisamente en donde se concentran los enfrentamientos. No es una casualidad. Por eso es esencial reconocer que no hay condiciones para que mandatarios y contratistas puedan actuar libres de amenazas y presiones. Una solución temporal podría ser que todos estos recursos destinados a vías, acueductos y escuelas sean ejecutados directamente por las Fuerzas Armadas a través de sus ingenieros militares.

Por supuesto que otra medida urgente es la anunciada por el Gobierno en cuanto al envío de dos batallones, cerca de 600 hombres, al departamento. Sin embargo, este esfuerzo parece insuficiente para cubrir un territorio en donde ya tenemos 6.800 hombres. Y algo urgente es copar militarmente los pasos de frontera y aumentar la presencia de la autoridad en el río Arauca, en donde al parecer los patrullajes son muy esporádicos, lo que permite el libre accionar de la delincuencia.

En época electoral, otro frente de preocupación es la seguridad de que estos grupos presionarán los resultados y, en especial, que se apropien de las curules de paz, pues está claro que la disputa territorial ya se ha trasladado al escenario político. Importante que la Fiscalía tome cartas en el asunto y desmantele el lavado de dinero que se mueve en la hotelería, la construcción, la ganadería y muchas de las actividades comerciales.

Yo tengo claro que nada de esto estaría ocurriendo sin la absoluta complacencia y colaboración del Gobierno venezolano, como se concluye de observar lo que está pasando al otro lado del río, en el estado Apure, en donde con el mayor descaro y a plena luz del día las disidencias de las Farc patrullan las calles en las narices de la guardia venezolana.

A esta situación contribuye la tradicional ausencia del Estado en todos los frentes, en especial en la conexión vial del departamento. Cómo es posible que la tan anunciada conexión Pacto Bicentenario (La Lejía-Saravena) tan solo se haya ejecutado en un 0,63 %. Increíble. Y, peor aún, de los 150 km del tramo solo se contrataron 47 y no serán entregados, óigase bien, hasta el 2030. Dos gobiernos más para ver un tramo de esta vía.

Ojalá la respuesta del Gobierno sea pronta y contundente en todos los frentes señalados. Y pensar que similar situación se presenta en Nariño, Cauca, Guaviare, Putumayo, el Catatumbo y en el Urabá. Todo por el lucrativo negocio del narcotráfico, y nosotros como respuesta llevamos ya tres años y medio perfeccionando el protocolo de aspersión.

P. D. Cada vez me gusta más el presidente Macron. Sin ningún cálculo electoral, esta semana les notificó: “Vamos a joder a los que no se quieren vacunar”.

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