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Un mal tipo

Opinión

Un mal tipo

Esta semana el señor Petro por fin consiguió lo que se había propuesto desde hace meses en medio de su desaforada campaña por perpetuarse en el poder. Buscar un enemigo externo y ponerlo al servicio de la política interna ha sido una estrategia mil veces utilizada desde la Argentina de las Malvinas hasta la Guyana de Venezuela.

A Trump lo viene provocando desde hace meses. Lo ha acusado de genocida por el conflicto de Palestina y de asesino por los ataques a las lanchas de “pescadores” –que no son más que delincuentes– en el Caribe y ahora en el Pacífico. Y después de insultarlo desde la Asamblea de Naciones Unidas, traspasó la línea de lo inimaginable al hacer un llamado a la desobediencia de las tropas norteamericanas desde el corazón de Nueva York. Y ahora viene, como si nada, a exigir respeto cuando él no ha tenido el más mínimo ni con Trump ni con Estados Unidos.

El resultado de sus provocaciones no se hizo esperar, y de qué manera, al ser señalado por Trump como “líder del narcotráfico” y lunático. Nunca se había registrado tal calificativo hacia un jefe de Estado de otro país. Pero forzoso es concluir que nada de lo dicho por el presidente de Estados Unidos sobre el señor Petro es nuevo. La gran mayoría de los colombianos coincide en ello y solo se pregunta cuándo prosperará alguna de las múltiples investigaciones que sobre la campaña que lo llevó a la presidencia se sigue en la Comisión de Acusación de la Cámara (controlada por Petro) y en la Fiscalía. Mucho me temo que ninguna de estas avanzará mientras la Corte Suprema de Justicia no tome medidas frente a semejante impunidad.

Sobre la espuria campaña se han conocido, entre otras revelaciones, las del general Hugo el ‘Pollo’ Carvajal en donde se lo acusa de haber recibido dineros del cartel de los Soles de Venezuela, que se sumarían a otros locales de muy dudosa procedencia. En esta investigación, sobre la que ahora anuncia resultados el Gobierno americano, llevamos más de tres años.

“Líder del narcotráfico”, gravísima acusación que seguramente se basa en la farsa de la “paz total” bajo la cual este gobierno ha mantenido diálogos y otorgado todo tipo de prebendas y protección a los grupos de narcotraficantes que ya ni siquiera intentan mantener una fachada insurgente. Todavía Petro insiste en hacer aprobar en el Congreso la ley de impunidad total para cumplir lo que tampoco ha podido aclararse sobre el pacto de La Picota.

El fracaso de la lucha contra las drogas en el país es innegable. Las cifras ya mencionadas tantas veces son inobjetables y siguen creciendo, además del nombramiento de narcos como gestores de paz para no ser extraditados y como si fuera poco, en últimos días, Petro impulsando la reanudación de diálogos con el Eln e iniciando mesa con el ‘clan del Golfo’. Todo esto constituye una vergüenza para el mundo y una afrenta para las víctimas.

Estoy convencido de que lo que pudo acelerar esta escalada contra Petro fue su declarada alianza con el usurpador Nicolás Maduro, quien sigue brindando refugio y protección a todos los carteles de la droga colombianos y, más grave aún, anuncia una alianza militar con Colombia al mejor estilo de “lo que es con él es conmigo”. ¿Petro calla, luego otorga?

El país debe ser consciente de que las medidas tomadas por Trump de suspender desde el miércoles pasado toda la cooperación y los pagos que superan los 400 millones de dólares son responsabilidad de Petro y su gobierno. También de quienes han contribuido como socios del régimen, entregándose y facilitando su proceder. Ya el Gobierno norteamericano tomó decisiones de carácter político y personal como lo es la entrada de varios de ellos a la Lista Clinton. Esperamos que también las tomen frente a quienes por tres años han propiciado y contribuido a esta debacle.

Que quede claro: lo que aquí no podemos hacer es rasgarnos las vestiduras en defensa de una dignidad nacional que en nada ha sido vulnerada, ni salir en defensa de un gobernante que antepone sus intereses electorales, su ego sin medida y sus ansias de trascender a los de toda una nación.

P.D. Y ahora pretende revivir la constituyente incumpliendo su compromiso de campaña y con la receta de Maduro, como lo advertí hace más de dos años. Otro globo para ocultar la ineptitud y la corrupción y para seguir dividiendo a la sociedad colombiana. No le falta razón a Trump: nos gobierna un mal tipo.

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